Cuando recibimos el diagnóstico de la diabetes, en especial si es diabetes tipo 1, parece ser el fin del mundo. No sólo es una condición que nos toma desprevenidos, y que no hubiéramos podido prevenir, sino que además hasta hoy no se ha encontrado su cura.
Como con toda situación negativa que llega, al principio no entendemos por qué nos sucede. Pero, mucho tiempo después, empezamos a encontrarle algún sentido. Hoy, escribimos este artículo desde ese lugar futuro al que tal vez no has llegado. Ese lugar en el que no sólo lograrás adaptarte y sentir esperanza, sino en el que quizás logres encontrar el lado positivo de la diabetes.
A continuación, te contamos algunas ventajas de vivir con diabetes que con el tiempo suelen encontrar las personas diagnosticadas y sus familias:
1. Puedes compartir tu experiencia para ayudar y guiar a otros
Una vez haya pasado un tiempo y hayas aprendido bastante sobre la diabetes y sus cuidados, te encontrarás probablemente en la situación de ayudar a otros que están pasando por lo que tú ya pasaste.
Tu experiencia y consejos dará a esas personas la seguridad que probablemente alguien te dio a ti cuando lo necesitaste.
Incluso, puedes hacer de esto tu vocación, convirtiéndote en educador(a) en diabetes, iniciando una red de apoyo, una comunidad e incluso una fundación.
De hecho, la fundación DiabetesLATAM nació en 2020 por iniciativa de varias madres de niños y adolescentes con diabetes. Hoy, apoyamos a miles de personas de habla hispana con programas de educación y apoyo que puedes conocer aquí.
2. Construyes vínculos y amistades valiosas
En la diabetes, como en otras condiciones crónicas de salud, se construyen redes de apoyo por fuera del hogar. Éstas suelen estar compuestas de personas que han pasado o están pasando por la misma situación que tú.
También, por endocrinólogos, psicólogos, educadores en diabetes, nutricionistas y mentores que ye apoyarán en tu adaptación. Estas personas, y los fuertes lazos que construyes con ellas, no hubieran llegado si la diabetes no hubiera llegado a ti, y con frecuencia son para toda la vida.
Los campamentos de verano para niños y adolescentes con diabetes suelen ser una de las primeras experiencias de vida en las que se construye este tipo de relaciones.
3. Aprendes a valorar cada día de vida y de buena salud
Son muchos los momentos difíciles que se viven cuando se tiene diabetes, pero por eso mismo, aprendes a valorar mucho más los buenos momentos. Aquellos momentos en los que el diagnosticado se siente saludable y auténticamente bien.
Agradeces y valoras cada vez más cuando la glucemia permanece en rango y cuando el cuerpo, la mente y el estado de ánimo marchan bien.
4. Entiendes tu cuerpo y el impacto de tus acciones y hábitos
En la diabetes existen muchas recomendaciones y claves del tratamiento, pero algo que nadie más que la persona con diabetes podrá entender es el carácter único de su cuerpo. Con el tiempo, encontrará exactamente lo que le funciona para sentirse mejor, bien sea en cuanto a alimentación, rutinas de ejercicio, tratamiento de hipoglucemia, etc.
Así mismo, y más temprano que tarde, aprenderá lo que le sienta mal y los hábitos que le hacen daño, y empezará a evitarlos. Tenemos la responsabilidad de escuchar a nuestro cuerpo, aprender de él y darle lo que necesita para estar bien.
5. Agradeces el cuidado y amor de tus seres queridos
La diabetes no es sólo un diagnóstico de quien vive con ella, sino también de su familia y seres queridos. Los cuidadores son sujetos clave en el tratamiento y en la salud física, mental y emocional del diagnosticado.
En el día a día, la persona con diabetes aprenderá a ser consciente, valorar y agradecer la constancia, tiempo, esfuerzo, amor y atención que sus seres queridos dedican a tu cuidado. Esto, con frecuencia, hace que las relaciones se vuelvan más fuertes y cercanas.
6. La diabetes une familias y crea familias
En línea con lo anterior, la diabetes une familias. ¿Por qué? Porque de repente todos querrán aportar para que la persona con diabetes esté mejor. Ésa será la nueva causa y prioridad de la familia, y deberán hacerse acuerdos para lograrlo.
Por ejemplo, es común que la familia entera adopte el plan de alimentación saludable de la persona diagnosticada, que la acompañen en sus rutinas de ejercicio, en sus controles médicos, etc., y que, en general, aprendan a conocerla y compartir mucho más con ella.
7. Te conviertes en una persona más madura, responsable y disciplinada
Bien seas la persona diagnosticada o su cuidador, el tratamiento de la diabetes exigirá de ti gran responsabilidad, disciplina y madurez, independientemente de tu edad. Además, cada día cultivarás la constancia, resiliencia, paciencia y seguridad en ti mismo y en tus decisiones.
8. Adoptarás un estilo de vida saludable
En la diabetes no existe opción diferente a llevar un estilo de vida saludable. Esto implica alimentarse más saludablemente y en las proporciones justas, ejercitarse regularmente o a diario, descansar lo suficiente, asistir a los controles médicos y prestar más atención a la salud, en general. Todo esto se traduce en mejoras mucho más allá del tratamiento de la diabetes.
En resumen, la diabetes y todo lo que acarrea puede generar a mediano y largo plazo un impacto positivo en la salud física y mental de la familia, si todos adoptan los buenos hábitos, la disciplina y la responsabilidad que el tratamiento implica.
Autor: Catherina Cuervo, DiabetesLATAM, febrero de 2023